El reverendo Franklin Graham expresó fuertemente su desacuerdo con el Papa Francisco después de que este aprobara una medida que permitirá a los sacerdotes católicos ofrecer bendiciones a parejas del mismo sexo. Graham advirtió que estas «bendiciones» no serán suficientes para evitar el juicio de Dios.
En una publicación en Facebook el lunes, el hijo del famoso evangelista Billy Graham respondió a la noticia de que el Vaticano permitirá a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo, aunque no de una manera que respalde sus uniones.
«¡Las llamadas ‘bendiciones’ de los líderes religiosos no te salvarán del juicio de Dios!», escribió Graham, presidente de la Asociación Evangelística Billy Graham y Samaritan’s Purse.
«El Papa Francisco ha aprobado ahora que los sacerdotes católicos bendigan a las parejas del mismo sexo. Pero ninguno de nosotros, incluido el Papa, tiene derecho a ‘bendecir’ lo que Dios llama pecado. ‘¡Ay de aquellos que llaman al mal bien y al bien mal…’ (Isaías 5:20)», agregó.
«La buena noticia es que ahora mismo Dios perdonará el pecado, pero tenemos que acercarnos a Él a Su manera, en Sus términos: arrepintiéndonos de nuestros pecados y poniendo nuestra fe en Su Hijo, el Señor Jesucristo. De lo contrario, dice la Biblia. , ‘La destrucción de los transgresores y de los pecadores juntamente será, y los que abandonan a Jehová serán consumidos’ (Isaías 1:28)”, expresó.
Graham comentó poco después de que el Vaticano emitiera una declaración titulada «Fiducia Supplicans», que amplía y enriquece la comprensión clásica de las bendiciones, pero sin cambiar las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio. La declaración busca honrar al fiel Pueblo de Dios, que busca la bendición de la Iglesia con confianza en la misericordia de Dios.
«Es precisamente en este contexto que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situación irregular y a las parejas del mismo sexo sin validar oficialmente su estatus ni cambiar de ninguna manera la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio”.
«Esta Declaración pretende también ser un homenaje al fiel Pueblo de Dios, que adora al Señor con tantos gestos de profunda confianza en su misericordia y que, con esta confianza, viene constantemente a buscar la bendición de la Madre Iglesia».
El documento del Vaticano sostiene que cuando las personas solicitan una bendición, no se debe requerir un análisis moral exhaustivo como condición previa para otorgarla, y aquellos que buscan una bendición no deben tener una moralidad perfecta previa.