El comediante Rob Schneider habla cada vez más de su fe, anunciando la importancia de formar un fundamento en Dios y perdonar a los demás.
“Jesús solo te permite desviarte hasta cierto punto”, dijo Schneider recientemente sobre su decisión de volver a abrazar la fe que una vez encontró cuando era adolescente. “En cierto momento, Él me agarró de nuevo y me abrazó”.
El alumno de “Saturday Night Live”, que protagoniza una nueva caricatura de Bentkey, “Chip Chilla”, pasó a describir lo que él ve como una belleza inherente al cristianismo.
“Hay otras religiones que dicen: ‘Bueno, mata a tu enemigo; Odia a tu enemigo’”, dijo Schneider. “Y tenemos una religión que dice: ‘Ama a tu enemigo, ama a tu prójimo como a ti mismo… ama a los demás’. Qué hermosa manera de vivir la vida”.
El actor reflexionó sobre una publicación de X en noviembre, ahora viral, en la que se disculpaba por su falta de perdón en el pasado, particularmente en torno al COVID-19 y su enojo por cómo sus compañeros artistas manejaron el problema.
“Había gente que me enojó mucho”, dijo Schneider, citando ejemplos de opiniones firmes de celebridades sobre las vacunas y otros temas relacionados. “Tuve que investigar debajo de qué es esa ira”.
Al reflexionar sobre cómo algunas celebridades progresistas manejaron el COVID-19, Schneider dijo que tuvo que preguntarse dónde estaba el perdón en su propio corazón, y explicó que ahora sabe que no siempre puede “interpretar lo que sienten otras personas”.
“Si voy a vivir mi vida y ser un ejemplo, como Cristo nos manda a hacerlo, entonces tengo que hacerlo”, continuó Schneider. “Incluso si duele, incluso si me pone a prueba como solía sentirme… y, una vez que perdonas, lo hermoso del perdón es… terminas sintiéndote mejor”.
El regreso a la fe de la estrella de “The Animal” es notable, ya que recordó haber sido tan devoto del cristianismo cuando era adolescente que “soñaba con Jesucristo”. Sin embargo, con el tiempo, se fue quedando a la deriva.
“Me desvié, como lo hacen muchos cristianos”, dijo Schneider. “Pero hubo un retroceso continuo, sabiendo dónde tenía que estar y estar en casa”.