Sy Garte compartió su impactante historia de crecimiento en una familia comunista y atea en los Estados Unidos de los años 60.
Criado en un ambiente donde el comunismo y el ateísmo eran los pilares fundamentales, Garte enfrentó desafíos significativos al no seguir la corriente religiosa predominante en su entorno.
A pesar de la presión social y la influencia de su entorno, Garte se convirtió en científico y, con el tiempo, transitó desde el ateísmo más estricto hasta su conversión al cristianismo.
Su viaje espiritual lo llevó a cuestionar sus suposiciones sobre el materialismo racionalista y explorar la espiritualidad. Después de décadas de reflexión, finalmente cruzó un umbral y fue bautizado como cristiano. A través de su experiencia, Garte descubrió el perdón y la gracia, lo que lo llevó a abrazar la fe en Cristo.
Su historia es un testimonio de transformación espiritual y perdón, y destaca la posibilidad de que personas de diversos orígenes y creencias encuentren el camino hacia la fe cristiana.
Garte cree que a medida que esta generación madure, habrá un “gran despertar” de personas como él. Su historia es un recordatorio poderoso de la capacidad de la fe para transformar vidas y superar las barreras impuestas por el entorno y las creencias iniciales.
“Nuestros padres no eran malas personas, incluso si seguían una idea fallida promulgada por mentirosos cínicos. Pensaban que estaban haciendo un bien por la humanidad y por un mundo mejor”, explica.
“Nos adoctrinaron para que despreciáramos una fe de la que no tenían ningún conocimiento real. Si lo hubieran hecho, podrían haber comenzado a comprender por qué algunos de sus héroes, como el reverendo Martin Luther King Jr. , abrazaron la noción verdaderamente radical de amar a todos, incluso a sus enemigos jurados”.