Edna Gooch, vivió una infancia traumática, en una familia disfuncional, donde sufrió el abuso y el rechazo de su padre alcohólico. Para escapar de su dolor, se refugió en las drogas, el alcohol, y las relaciones lésbicas desde muy joven.
Su vida se convirtió en un espiral de adicción, crimen y prisión, donde siguió consumiendo, y buscando el amor en las personas equivocadas. A los 41 años, fue condenada a 10 años de cárcel, por tráfico de cocaína.
Fue en prisión donde Edna, tuvo un encuentro con Dios, que le habló a su corazón y le ofreció una nueva oportunidad. Edna aceptó a Jesús como su Salvador, y comenzó a leer la Biblia, experimentando un cambio radical, en su vida.
“Fue como si volviera a la vida. Me sentí como una persona nueva”, declaró Edna, que también descubrió, el amor incondicional de Dios. “Él siempre me amó. Él nunca me abandonó. Yo fui quien lo dejó”, dijo.
Edna salió de prisión a los 50 años, completamente transformada y restaurada por el Evangelio. Hoy trabaja en una ONG cristiana, donde comparte su testimonio y ayuda a otras personas, que sufren como ella sufrió.
“Dios te ama tal como eres, pero no quiere que permanezcas como eres. Y Él puede cambiar eso por ti”, dijo Edna, que quiere que su historia inspire a otros a buscar a Dios y recibir su gracia.