Un niño llamado Colt Akins, quien nació con insuficiencia renal incurable, fue sanado por Dios milagrosamente.
Al pequeño, inicialmente, le habían pronosticado 10 años de vida. Además, el nacimiento del bebé fue traumático para sus padres, debido a que recién nacido tenía 12 tubos adheridos a su cuerpo, incluido un tubo intravenoso en la cabeza. Los doctores sugirieron que Colt necesitaría un trasplante de riñón.
“El miedo comenzaba a apoderarse de nosotros… Los médicos nos explicaron exactamente lo que estaba pasando y dijeron que tendría que ser operado al día siguiente para que lo prepararan”, recordó Gloria Akins, madre de Colt.
Para mantener con vida al pequeño, este tuvo que ser sometido a varias diálisis, lo que para la familia era simplemente una pesadilla.
“Recuerdo una noche, Lauren, mi hermana y yo, nos quedamos despiertas toda la noche. Y él vomitaba constantemente, y lo único que podía oír era a mi madre llorando y gritando… Colt gritaba de dolor”, explicó la hermana de Colt.
Troy Akins, padre de Colt, le preguntó al nefrólogo si había siquiera un 1% de posibilidades de que los riñones de su hijo se recuperaran, a lo que el médico respondió negativamente, asegurando que eso era imposible.
En medio del sufrimiento y la desesperación, la familia recibió consuelo gracias a un amigo de la iglesia, quien les habló sobre el testimonio de sanación de una familia que había pasado por una situación similar.
Fue entonces donde los padres de Colt comenzaron a estudiar la Biblia, y la Palabra de Dios cobró vida para ellos.
“Había versículos que no podía dejar de leer. Cosas como, ya sabes, si le hablas a la montaña, se moverá. Y si pones las manos sobre los enfermos, sanarán”, relató Gloria.
Asimismo, el padre de Colt también aprendió a poner las manos sobre su hijo y declarar su sanidad con poder. Después de tres años, la condición de Colt comenzó a mejorar.
En este punto, los padres le pidieron al médico que suspendiera gradualmente la diálisis de Colt hasta que finalmente ya no la necesitara, pues ellos declaraban que por la fe, Colt ya estaba completamente sano, y efectivamente así fue.