Hace poco más de una semana, ha sido invadida la aldea Tidermene en el noreste de Malí, por un grupo de terroristas yihadistas asociados al extremista Estado Islámico (EI).
«Tidermene ha caído en manos de Daesh (acrónimo del EI en árabe)», dijo un funcionario refugiado en el pueblo vecino, Menaka.
«Aprovecharon la inestabilidad política generada por la retirada de las fuerzas francesas en 2022 para avanzar más y dominar otras partes de Malí», agregó.
La situación en el país es preocupante, mientras que en el año 2021 ocupaban el puesto número 28 en la Lista Mundial de Persecuciones, en la actualidad han ascendido hasta el número 17 de los países más peligrosos y violentos cuando se trata de libertad de religión.
En Malí, específicamente en las ciudades de Menaka y Gao, anualmente sube la cifra de cristianos que sufren opresión islámica, de iglesias cerradas, ataques violentos a templos por parte de grupos terroristas, uno de ellos es el yihadismo, que «es un neologismo oriental que hace referencia a un tipo de ideología caracterizada por la frecuente utilización del terrorismo, en nombre de una pretendida yihad, a la cual sus seguidores llaman una «guerra santa» en el nombre de Alá«.
En las áreas del Norte, donde hay más control por parte de estos grupos terroristas, es donde hay más peligro. Los cristianos ex-musulmanes son los más vulnerables, pues la comunidad islámica los considera traidores y hasta los miembros de su familia pueden llegar a arremeter contra ellos, ya que es una vergüenza que un pariente se convierta a otra religión.
«La inseguridad provocó la extinción de iglesias en Menaka. Los cristianos que quedan allí son, en su mayoría, extranjeros, viajeros o soldados», afirmó un colaborador, «Vivimos bajo grandes amenazas. El miedo crece cada día por los rumores de constantes peleas. Los secuestros, atentados y otros delitos ocurren con impunidad, incluso en los centros urbanos».
Un pastor de una iglesia en Gao dijo y suplicó que «es una situación preocupante, pero damos gracias a Dios que en el último ataque no hubo cristianos secuestrados ni asesinados. La crisis de seguridad se está intensificando rápidamente. Por favor oren para que Dios nos proteja».