Katie, quien es una mujer sobreviviente de violencia doméstica, asegura que gracias a Dios esta viva después de los innumerables abusos que recibió por parte de su esposo.
Durante los 2 primeros años de relación fue feliz junto a su esposo y sus dos hijas. Sin embargo, repentinamente el hombre cambió y se volvió violento. Katie relató como fue golpeada y hasta apuñalada en muchas oportunidades. Hasta que un día cansada de tantos abusos decidió escapar con sus hijas y puso una orden de alejamiento en contra del marido para que este no pudiera hacerles más daño.
Pero esto no fue impedimento para él, pues siguió llamando y buscando a su familia sin parar, hasta que la encontró. Este con rabia y rencor arrojó un calentador a Katie, el cual termino incendiándose y prendiendo en fuego a la mujer. Esta terminó gravemente herida, sufrió quemaduras de tercer grado, su rostro quedo desfigurado y con cicatrices a consecuencia de tanta violencia.
«Tuve quemaduras de segundo a tercer grado. Cuanto más sana mi piel, más duele. Tenía quemaduras en la cabeza, la cara, las manos, el estómago y los muslos. El dolor era insoportable», dijo en una entrevista con 700 Club Interactive.
Katie confesó que después de toda esta experiencia se sintió deprimida, «No quería ver a nadie y no quería que nadie me viera» y varias veces le preguntó a Dios «¿Por qué yo?».
Posteriormente, esta asistió a una conferencia de mujeres que se realizó en una iglesia de su localidad y allí tuvo su encuentro con Dios, fue sanada emocionalmente y aceptó a Jesús en su corazón.
«Me di cuenta de que Dios era la razón por la que estaba viva, así que no era la persona con la que debería estar enojada», dijo Katie, «En ese momento, Dios me dio la alegría y el amor que siempre había deseado. Pude verme a mí mismo a través de los ojos de Dios, el sentimiento fue abrumador y me sentí como una persona nueva», testificó.
Por otro lado, el violento hombre fue arrestado y condenado por las autoridades del estado. Sin embargo, Katie decidió liberar un indulto para su ex y aseguró que ahora es realmente feliz junto a sus hijas y nietos.
«Ahora, me amo a mí misma. Quien soy, mi valor está arraigado en Cristo. Soy un testimonio vivo de que tu amor nunca falla», finalizó.
