Yang Xibo, el pastor de la Iglesia Xunside, y su esposa Wang Xiaofei fueron demandados en China en julio de 2021 y se les ordenó pagar una multa de $25,000 por «organizar reuniones ilegales» con otros cristianos de iglesias domésticas.
La pareja pastoral solicitó una reconsideración administrativa, pero el Gobierno Popular del Distrito de Siming rechazó su solicitud. Tomaron la decisión de presentar una apelación ante el Tribunal Popular Intermedio Municipal de Xiamen tras el rechazo.
El Tribunal anunció la sentencia, decidió mantener la sanción administrativa inicial y revocó el recurso de apelación.
Wang escribió en su red social que no estaba sorprendida por su elección final. Citó 1 Pedro 2:20–21 de la Biblia mientras pensaba en las bendiciones que Dios les había dado por compartir el sufrimiento de Cristo.
«Porque, ¿qué mérito hay si sufres maltrato cuando pecas, y lo soportas con paciencia; pero si sufres maltrato cuando haces lo correcto, y lo soportas con paciencia, encuentra el favor de Dios? Porque fuiste llamado para esto, y porque Cristo también sufrió por vosotros, dándonos ejemplo a seguir».
La iglesia doméstica más grande de Xiamen, provincia de Fujian, se llama Iglesia Xunside, y es donde el pastor Yang Xibo y Wang Xiaofei son miembros.
La congregación ha contribuido a la historia de la ciudad durante los últimos 100 años. Aunque también eran miembros de la iglesia doméstica china, la tía y el padre de Yang terminaron cumpliendo 15 y 5 años de prisión, respectivamente.
Yang Xibo es miembro de la cuarta generación de predicadores de la iglesia. La iglesia Xunside fue clausurada y multada por la policía el 19 de mayo de 2019. El gobierno local cerró la iglesia durante un mes y vigiló a los creyentes.
Los fieles intentaron reunirse en varios lugares, pero los servicios fueron interrumpidos por la policía, que aparecía con frecuencia los domingos para golpear y arrestar a los fieles.
Además, los policías destrozaron la propiedad privada e hicieron que los miembros de la comunidad inscribieran a sus hijos en las escuelas públicas.
La policía no pudo apagar la iglesia, a pesar de la persecución. Como resultado, el gobierno optó por imponer multas y sanciones administrativas excesivas.
