Los efectos potenciales de la inteligencia artificial (IA) en el culto, incluida su práctica y su función en la vida contemporánea, están siendo estudiados por académicos y líderes religiosos en los Estados Unidos.
Hay dudas sobre si la religión se incluirá o no en la programación de la IA, así como si lo intelectual prevalecerá sobre lo espiritual en la sociedad.
El vicepresidente de Free Speech America, Dan Schneider, hace una valoración directa y contundente de la situación: «La política controla la IA, y la izquierda política está buscando lo que quiere hacer». Continuó diciendo que la IA «será la mayor arma contra la religión, la verdad y la fe. No veremos la palabra Dios como una prioridad principal en la programación de IA».
La tecnología puede ser una herramienta útil para el aprendizaje y la comprensión, pero muchos aseguran que hay que usarla con precaución.
Líderes religiosos y expertos están preocupados por los efectos de la IA en la religión, pues según ellos, esta inteligencia plantea numerosos problemas «legales y éticos» que, en las manos equivocadas, tiene el potencial de violar los derechos individuales, quebrar el orden social y traicionar la dignidad humana.
«Necesitamos priorizar y valorar mucho las relaciones humanas. La inteligencia artificial debe usarse de una manera que sea amable y honre a Dios. Mientras pasamos más tiempo frente a las pantallas, lo que realmente necesitamos es el uno al otro, así como la sanación y la unidad nacional», dice el pastor Jesse Bradley de Auburn, Washington.
Bradley hizo énfasis en que «el amor es más importante que el aprendizaje».