En Manipur, India, el viernes (09/06), un cristiano recibió un disparo mortal mientras ofrecía oraciones en una iglesia. Domkhohoi Haokip de 60 años y descendencia Kuki.
En la ciudad noroccidental de Khoken, un grupo de hombres Meitei armados con rifles automáticos atacó un templo, según Morning Star News.
El ataque también resultó en la muerte de otros 2 cristianos Kuki más, «Jangpao Touthang» y «Khaimang Guite», y 2 aldeanos heridos.
«No les importan las mujeres o los niños. Son tan brutales», dijo Ginza Vualzong, representante del Foro de Líderes Tribales Indígenas (ITLF), a Morning Star News: «Una mujer fue asesinada dentro de la iglesia mientras rezaba».
Los hombres armados ingresaron a la aldea en vehículos y uniformes pertenecientes al ejército indio, según ITLF. Al principio, los lugareños pensaron que eran soldados que patrullaban la zona.
Los comentaristas políticos en India afirman que el partido nacionalista hindú «Bharatiya Janata» (BJP) y «Rashtriya Swayamsevak Sangh» (RSS) utilizaron a la comunidad Meitei para promover sus objetivos políticos allí.
«Las multitudes después de quemar iglesias ondeaban sus banderas encima de las iglesias. Es como si estuvieran tratando de retratar que han conquistado la iglesia, el lugar sagrado religioso de nuestro culto» dijo L. Kamzamang, pastor local.
El líder afirmó que, a cambio de privilegios, los extremistas hindúes intentaron predicar una filosofía nacionalista hindú a los líderes de Meitei.
«Lo más peculiar fue que quemaron las iglesias, incluso antes de matar a la gente. Esto tiene un trasfondo religioso muy fuerte en mi opinión, y a medida que se lleva a cabo el plan, podemos ver iglesias que se queman una tras otra».
Fuentes locales informan que desde mayo de este año, una ola de violencia étnica ha resultado en la destrucción de al menos 317 iglesias y la muerte de 160 personas. La mayoría de los heridos y muertos son cristianos tribales.
Según el pastor Kamzamang, «los ataques a las iglesias han tenido un impacto en la salud mental de los cristianos de Manipur». «Una iglesia no es solo un lugar de adoración; también es un lugar de seguridad para nosotros. Afecta nuestra moral y aplasta nuestro espíritu, y eso es lo que quieren hacer. ¿Y hacia dónde corre la gente ahora que las iglesias ¿Han sido derribados y quemados? Esta violencia es, en mi opinión, más religiosa que política», agregó.
