En una entrevista, el reverendo Hernández Díaz López abordó varios temas bíblicos y doctrinales, así como también el intento de los militantes LGBT de satanizar y denigrar a la iglesia evangélica.
En una entrevista de más de tres horas, el pastor Díaz estuvo acompañado por el presentador Rogério Vilela de Podcast Intelligence Ltda. Se cubrieron tanto temas teológicos como sociales, y el presentador brindó sus respuestas en el contexto de la Santa Biblia.
Cuando la conversación giró hacia la sexualidad, el pastor insistió en que «la acusación frecuente de que la iglesia evangélica es homofóbica no es cierta», debido a que no hay incitación a ninguna forma de hostilidad, sino una defensa de lo que es la doctrina bíblica.
«La Iglesia de Cristo, como dice el libro del Apocalipsis, está abierta a todos, pero no está abierta a todo. La Iglesia acoge a todas las personas, pero no está de acuerdo con todo porque no se rige por las decisiones de la sociedad, por las decisiones que toman las Cortes (por atroces que sean). La única regla de fe y práctica de la Iglesia es la Biblia, la Palabra de Dios», dijo el pastor.
En cuanto a los intentos de imponer una cosmovisión específica a los activistas LGBT, Díaz aclaró que tal enfoque no tiene cabida: «La Iglesia no puede aceptar el pecado en nombre de aceptar al pecador. La Iglesia de Dios no es inclusiva. La Iglesia de Dios llama a los ciudadanos, a todos, al arrepentimiento. No importa si el ciudadano es el tipo más guapo de la ciudad, con corbata de seda, zapatos cromados alemanes, el mayor hombre de negocios de la ciudad. Tienes que arrepentirte».
«No estamos de acuerdo, de frente, con los ideólogos y activistas del movimiento, porque si te detienes a darte cuenta, vivimos con personas, tratamos con personas todo el tiempo. Mi trato es con los seres humanos todo el tiempo. Amamos a la gente. Tengo grandes amigos que son homosexuales. Los respeto, los amo, no estoy de acuerdo con la decisión que están tomando, pero eso no impide que lo ame. Eso no significa que deje de recibirlos en la iglesia, recibirlos, abrazarlos, amarlos», enfatizó el pastor.
