La restauración del suelo de la basílica del Santo Sepulcro ha permitido realizar nuevas prospecciones arqueológicas que confirman que este lugar ya era frecuentado en la época paleocristiana.
El 7 de julio se publicó el informe sobre los recientes trabajos de excavación arqueológica dirigida por la profesora Francesca Romana Stasolla, del Departamento de Antigüedades de la Universidad de la Sapienza de Roma.
Este trabajo se realizó justo al frente del Edículo que se encuentra en el complejo del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Este Edículo es un santuario compuesto por dos salas, la primera es un lugar donde se encuentra un fragmento de la piedra que se cree que fue la roca que se utilizó para sellar la tumba de Jesús, antes de su resurrección. Y la segunda habitación se cree es la ubicación exacta de la tumba de Jesús.
El 27 de junio de este año, concluyeron las excavaciones en el marco del programa de restauración del suelo de la basílica.
La particular ubicación de la zona de excavación obligó a cerrar temporalmente el acceso al edículo, por lo que la excavación se llevó a cabo en un ciclo continuo, en tan solo 7 días y 7 noches de trabajo.
La excavación reveló el trazado paleocristiano de la ermita, a la que se accedía por dos escalones de mármol blanco.
En el sitio, los arqueólogos también encontraron un tesoro de monedas del período del emperador romano cristiano Valente (364-378), así como un fragmento de revestimiento de paredes, probablemente del Edículo.
Los hallazgos son vestigios de ornamentación sagrada que indican cómo fue tratado el lugar donde habría sido depositado el cuerpo de Jesucristo, algo que refleja la veracidad del relato histórico de su muerte y resurrección.
No por casualidad, aún hoy el Edículo, en Jerusalén, es custodiado con sumo cuidado y seguridad por las autoridades. Las excavaciones recientes en el sitio finalmente terminaron el 27 de junio de ese año y tuvieron un presupuesto de $11 millones.