El 12 de septiembre, musulmanes de línea dura dispararon e hirieron a un pastor de Jaranwala, Pakistán. Apenas una semana antes, las paredes de su iglesia habían sido rayadas con lemas islamistas.
El reverendo Eleazar Sidhu es el pastor de una congregación presbiteriana en el pueblo de Kukranwala. Su terrible experiencia sirve como un conmovedor recordatorio de la fe firme que se necesita para resistir la persecución y al mismo tiempo defender el nombre de Jesús.
Según informes policiales, el pastor Sidhu y su asistente estaban siendo seguidos a su casa después de visitar a los miembros de la iglesia, cuando fueron detenidos por dos hombres barbudos. Los atacantes obligaron al pastor Sidhu a recitar el credo islámico. El pastor, sin embargo, valientemente se negó y comenzó a recitar el Credo de los Apóstoles.
Uno de los atacantes tomó represalias disparando un arma y alcanzando al pastor Sidhu en la parte superior del pecho. Los atacantes huyeron, dejando al pastor vivo y herido.
Lemas islamistas, como “Mahoma es el último profeta de Alá” y “Aquí estoy a tu servicio, oh Mensajero de Alá”, estaban pintados en las paredes de la iglesia del pastor Sidhu antes del violento ataque.
Estos incidentes de vandalismo no son sucesos aislados; representan la discriminación actual que enfrentan las comunidades cristianas de Pakistán.
El pastor Sidhu fue atacado luego de actuar alertando a las autoridades sobre el vandalismo de los muros de su iglesia. Esta valiente acción trajo consigo amenazas de desconocidos, quienes le advirtieron siniestramente que sería “borrado del mundo” por desafiar sus acciones.
Entre las personas que atentaron contra la vida del pastor Sidhu se encontraban algunas de las mismas personas que lo habían amenazado anteriormente.