Dite Coumou que compartió en su sitio web cómo llegó a la fe en Cristo después de abandonar el budismo y la Nueva Era, es otro testimonio de cómo el Señor ha cambiado la vida de las personas.
“Mientras buscaba hacer realidad mi sueño, busqué en todas partes las respuestas a las preguntas más importantes de mi vida. He sentido curiosidad por el propósito de mi vida desde que era una niña”, dijo.
Afirma que todo cambió después de que Joost, quien ahora es su esposo, la invitó a ir a la iglesia.
“Ese domingo por la mañana, me tocó una mano celestial, que me hizo temblar en mi asiento. Mientras nadie notaba nada, y el culto continuaba, conocí a mi salvador, y mi amigo Jesús”.
Cuando Coumou describió cómo su corazón se aceleraba en ese momento, encontró paz buscando explicaciones: “Estaba segura. Estoy en su casa. Su voz me sonó más familiar que cualquier otra cosa, aunque nunca la había escuchado antes”.
Según Coumou, el paso del “reino de las tinieblas” al “reino de la luz” fue abrupto. Para ella, fue natural reconocer la voz de Dios y obedecer sus mandamientos.
“Los milagros y las señales, se han convertido en una parte normal de mi vida. Me enamoré de la presencia de Dios, el sonido de su voz, y el poder transformador del Espíritu Santo”, dijo.
Según Coumou, desarrolló un fuerte amor por la Iglesia a través de su interacción diaria con Dios.
Ella y su esposo Joost actualmente sirven al Señor viajando por el mundo para difundir el evangelio de Jesús. “Amamos al pueblo de Dios, tanto como a las personas que aún no lo conocen”.
La ahora misionera concluyó: “Creemos que el amor, la bondad, y la justicia de Dios, se hacen visibles, cuando hacemos lo que dice Jesús, y queremos comprometernos plenamente con eso”.