Hamás liberó a dos rehenes estadounidenses, Judith Raanan y su hija Natalie, como parte de lo que llamó «razones humanitarias».
Una madre y su hija de Evanston, Illinois, fueron secuestradas en un ataque de Hamás el 7 de octubre mientras celebraban Simjat Torá en Nahal Oz, un kibutz israelí, cerca de la frontera con Gaza.
Los Raanan, ciudadanos estadounidenses, vinieron a Israel este mes para celebrar el cumpleaños número 85 de un familiar y participar en las festividades judías. Desafortunadamente, la feliz historia dio un giro oscuro cuando la familia estuvo involucrada en los ataques de Hamás. Lamentablemente, unos 10 miembros de la familia Raanan siguen desaparecidos, lo que empeora aún más la situación.
Natalie Raanan, de 18 años, se graduó recientemente de la escuela secundaria y esperaba ir de vacaciones y visitar a su familia en el extranjero, según su tío Avi Zamir.
Hamás, que afirma haber tomado casi 200 rehenes en el ataque del 7 de octubre, dijo que la liberación fue en respuesta a los esfuerzos de mediación de Qatar y tenía como objetivo contrarrestar las afirmaciones «falsas e infundadas» del presidente Joe Biden y su administración.
Los terroristas insistieron en que los rehenes fueron liberados por razones humanitarias y subrayaron que estaban dispuestos a garantizar la seguridad de los detenidos.
La crisis de los rehenes provocó una importante respuesta israelí y provocó ataques aéreos que mataron a más de 4.000 personas en Gaza. Israel ha prometido tomar medidas decisivas para rescatar a los rehenes restantes y destruir a Hamás.
La situación ha escalado hasta el punto en que Israel ha concentrado tanques y tropas cerca de la frontera con Gaza, lo que indica una posible invasión terrestre.
La comunidad internacional, incluidos funcionarios estadounidenses y británicos que trabajan con Qatar, han enfatizado la urgencia y complejidad de la crisis actual y están trabajando para asegurar la liberación de los rehenes.
La promesa del Primer Ministro Benjamín Netanyahu de destruir a Hamás manteniendo el principio de no dejar a nadie atrás, refleja la complejidad del desafío.