En la Escuela Primaria Pleasant Grove en Elk Grove, California, se desató la controversia cuando los padres descubrieron la existencia de un club LGBTQ secreto llamado “Club UBU”, al que los niños de 3.º a 6.º grado podían asistir sin el consentimiento de sus padres.
El “Club UBU” fue descrito como un club para “chicos que se enamoran de los chicos” y “chicas que se enamoran de las chicas”, pero se suponía que debía mantenerse en secreto.
Eso fue hasta que el hijo de Mary Congdon, estudiante de 4.º grado, llegó a casa confundido acerca de su identidad de género después de escuchar al maestro de tercer grado, Daniel Bishop, quien inicio el club sin notificación a los padres.
“Inmediatamente, me comuniqué con su maestro, desconcertado por el hecho de que nosotros, los padres, no recordábamos haber oído hablar de este nuevo club”, recordó Congdon. “Su respuesta fue que era porque es un lugar seguro para que los estudiantes vayan y hablen sobre su sexualidad sin tener que decírselo a sus padres”.
“No estoy segura de cuándo el Sr. Bishop comenzó a pagar la ropa, la vivienda y las comidas de mi hijo; cuándo llevó a mi hijo a sus citas médicas, a los juegos deportivos, a la iglesia o cuando lo arropó por la noche”, dijo. “Él no es el padre. Esa noche se lo recordé a mi hijo y a su hermano menor de segundo grado. Somos su lugar seguro. Somos sus padres. El acoso es inapropiado sin importar las razones, y debe ser manejado y tratado por su escuela principal”.
La revelación de este club provocó la indignación de los padres, quienes se sintieron traicionados al enterarse de que sus hijos estaban participando en actividades relacionadas con la sexualidad sin su conocimiento.
La directora Deidra Wood explicó que no se enviaron hojas de permiso a casa por temor a posibles negativas de los padres, y mencionó que otros 5-10 clubes LGBTQ se habían iniciado en diferentes escuelas primarias.
Los padres, liderados por figuras como Mary Congdon y Greg Burt, exigieron respuestas y criticaron la falta de transparencia de la escuela.
