Una comunidad cristiana en Plateau, en el centro-norte de Nigeria, se reunió en una iglesia que fue atacada en años pasados por militantes durante las Pascuas, para adorar a Dios.
Alrededor de 300 cristianos estuvieron participando en el servicio, entre niños, adultos y ancianos. El trauma de lo sucedido en años pasados, se sintió en el evento, pero afortunadamente en esta oportunidad no se repitió el ataque de los militantes.
«Los militantes de Fulani quemaron nuestra iglesia y nuestras casas, incluida la casa del pastor», recordó un líder de la iglesia.
Según un funcionario de International Christian Concern (ICC) que visitó la comunidad en 2021 y 2022 después de los ataques, un pastor fulani estuvo entre los asesinados, su iglesia fue destruida y su ganado robado.
En el año 2021, estos ataques dejaron alrededor de 500 casas destruidas, en un pueblo que cuenta con 2000 cristianos aproximadamente que tuvieron que ser trasladados a otras ciudades. En 2022 se repitió la historia.
«Perdimos todo en la comunidad y el gobierno se negó a ayudar porque somos cristianos», dijo el líder de la iglesia.
Este año un funcionario de la CPI estuvo entre las 300 personas que se reunieron.
«A veces adoramos bajo la lluvia. Padecí neumonía por el frío», dijo el pastor de la iglesia, haciendo referencia a que la iglesia no tiene techo. Aparte de eso, el pastor también se enfermó con hepatitis, gracias a la ayuda que recibió de sus amigos y familiares logró pagar los gastos médicos.
«Todavía estoy en tratamiento médico, pero me apasiona predicar el Evangelio de Cristo», declaró.
Debido a estos ataques, la membrecía de la iglesia bajó considerablemente, se necesita ayuda para arreglar el techo de la iglesia y la casa del pastor, miembros de la misma aseguran que sufren de acoso y cada vez reciben más amenazas.