Debido a su reciente cambio de empaque a un diseño LGBT-friendly, la conocida marca de golosinas Skittles está envuelta en controversia. Esta elección ha provocado críticas y comparaciones con boicots anteriores de otras empresas por razones similares.
La reacción violenta proviene principalmente de círculos conservadores, que critican la inclusión de gráficos y mensajes que apoyan a la comunidad LGBT en el nuevo empaque.
Según un informe de Newsweek, el empaque colorido reconocible se cambió por diseños que son principalmente en blanco y negro y presentan mensajes como «Black Trans Lives Matter» y «Joy is Resistance».
La creación de estos paquetes actualizados fue posible gracias a una asociación entre Skittles y GLAAD (Gay & Lesbian Alliance Against Defamation). Este es el cuarto año consecutivo que Skittles ha trabajado con GLAAD para promover la inclusión y la tolerancia.
Como resultado de una asociación con el influencer transgénero Dylan Mulvaney, Anheuser-Busch, la empresa matriz de Bud Light, fue objeto de un boicot anterior. Según las estimaciones, el boicot podría haberle costado a la empresa hasta $4.000 millones de dólares en ingresos perdidos.
Los consumidores que sienten que el énfasis de Skittles en la comunidad LGBT es excesivo han comenzado a pedir un boicot similar a la compañía de dulces. La etiqueta «SKITTLES Pride», en la que se puede hacer clic para mostrar apoyo al vecindario y obtener más información sobre el significado detrás de los nuevos diseños, está presente en el sitio web oficial de Skittles.
La decisión de cambiar el icónico del empaque con los colores del arcoíris a diseños LGBT ha generado controversia, especialmente entre los cristianos conservadores, que basan sus argumentos en convicciones bíblicas sobre la distinción entre hombres y mujeres.