Ana, que se hizo cristiana a los 8 años, oró por la conversión de sus padres durante 20 años y vio los resultados de sus oraciones.
Ella y sus 4 hermanos se encontraron por primera vez con Jesús a través de los proyectos para niños de la escuela bíblica dominical.
Después de la «Segunda Guerra Mundial», su padre luchó contra el alcoholismo y la decepción de sus sueños frustrados. La madre también tenía problemas de salud mental.
«Mis padres no practicaban el cristianismo. Pensaron que tendríamos buena moral si nos enviaban a la escuela dominical», le dijo a Eternity News.
«La maestra contó la parábola del Buen Pastor persiguiendo a la oveja perdida durante una de las lecciones», recordó Ana.
«Tenía otras 99 ovejas, pero fue en busca de la que había perdido. Este relato y la devoción del pastor por su rebaño me conmovió profundamente. Dios nos valora a cada uno individualmente. En ese momento, tuve una experiencia de conversión y Sabía que iba al cielo», dijo Ana.
«Encontré a Jesús, exclame mientras regresaba feliz a casa y se lo contaba a mi padre». Le dolió el corazón cuando escuchó la respuesta de su padre, que fue extremadamente grosera.
«Luego de eso fui directamente a mi habitación y me incliné ante mi Padre celestial. Estaba consciente de que tenía un Padre celestial que me amaba y aceptaba», dijo Ana.
Ana se casó con Les y quedó embarazada a los 20 años, después de nacer prematuramente, la niña tenía una infección estreptocócica.
Numerosas personas en todo el mundo estaban orando por la bebé porque ella y su esposo eran parte de la misión «Navegadores».
La hija de la pareja se salvó después de mucha oración y tiempo de recuperación en el hospital.
Ana recordó: «Ella me enseñó que Dios es un Dios que actúa en todo, atrayendo a las personas hacia él».
El padre de Ana quedó impresionado por sus oraciones y por la recuperación de la niña.
Años después, el señor estaba quitando la raíz de un árbol que había bloqueado la alcantarilla. La escena fue observada por una amiga de ana y su esposo que iba a la misma iglesia, ella eligió libremente ayudarlo renunciando a sus compromisos con la iglesia.
Su padre se conmovió por esta actitud y eventualmente entendió el significado de la muerte de Cristo.
«Dios lo llevó a la fe en Jesús, y mi madre también puso su confianza en Jesús», afirmó Ana.
«Pasaron más de 20 años en el proceso con ambos, Dios estaba obrando». «Tanto en mi vida como en la de mi padre, Dios usó la metáfora del pastor y la oveja perdida».