De acuerdo con las afirmaciones proporcionadas por un ministerio penitenciario nacional de los Estados Unidos, el Espíritu Santo guio a casi 1.000 prisioneros durante una reunión evangelística celebrada en una de las cárceles de máxima seguridad más grandes del país.
God Behind Bars, una organización que busca restaurar las vidas de los prisioneros a través de extensiones de fe, llevó a cabo un evento de avivamiento en la Penitenciaría Estatal de Luisiana, Angola, al que fueron convocados hombres y mujeres encarcelados de nueve cárceles de Luisiana.
Según la organización, “300 hombres y mujeres encarcelados recibieron a Jesús y más de 50 fueron bautizados en agua de manera extemporánea”.
“Estos reclusos recibieron oración, amor y el Espíritu Santo cayó sobre esta prisión”, publicó God Behind Bars en su página de Instagram.
La ganadora del Grammy, Lauren Daigle (también una artista de la marca de música Capital One, que mantiene un enfoque en las canciones de amor cristianas) lideró el culto del evento y transmitió el mensaje a los prisioneros.
“Nadie puede hacerte nada cuando conoces la verdad de quién es Dios. Él quiere la libertad para todos ustedes. Él viene a liberar a la gente. Él es la esperanza del mundo. Él es el Alfa y la Omega. Él es poderoso. Él envía nuestros pecados tan lejos como el Este está del Oeste. Y todo lo que tenemos que hacer es arrepentirnos. Porque Él es tan misericordioso”, dijo Daigle.
La cárcel estatalde Luisiana, es la cárcel de máxima seguridad más grande de Estados Unidos. La misión de God Behind Bars es alcanzar a más de 2,3 millones de personas en el sistema penitenciario estadounidense, incluidos quienes cumplen condena en Angola.
Tal y como ha informado CBN News, líderes de exaltación como Daigle, Brandon Lake, Naomi Raine y Kirk Franklin, junto con oradores como Sadie Robertson y Russell Wilson, han orado y exaltado junto a los prisioneros en estas extensiones de fe.
“Creamos campus satélites en las prisiones y nuestra misión es presentarles a Jesús a los reclusos”, dijo Isaac Holt, director de innovación de God Behind Bars.
Los prisioneros recibieron comidas calientes, calzado deportivo, útiles de aseo personal, como jabones de corales, además del culto y escucharon sobre el amor del redentor Jesucristo.
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