James Leves, que creció sin conocer nada acerca de Dios, se crio sin su padre, y su madre tenía el hábito de beber, afirma que, pese a todo, siempre había experimentado la conciencia del Señor.
El 25 de agosto de 1995, durante una visita a un amigo, decidió tomar drogas y acabó durmiéndose en el sofá. No se dio cuenta de que en la casa también se encontraba la madre de este amigo. Sobre la medianoche, ella se acercó a él.
“Necesito hacerte una pregunta. ¿Sabes quién es Jesús?”, le preguntó ella a él con una Biblia en la mano.
El joven se sintió asombrado por la pregunta, y con un sarcasmo total, respondió: “Claro que sí. Déjenme en paz. Todos sabemos quién es”.
A pesar de su disgusto, la mujer cristiana consiguió convencerlo para que la acompañara a la iglesia. Allí escuchó sobre cómo Dios liberó a una persona pandillera, lo que desencadenó la curiosidad en él: “¿Podría Dios ser real? ¿Esa historia es verdadera?”.
No obstante, cuando el joven volvió a casa, tenía la intención de escaparse por la ventana para ver a sus amigos. Pero las ideas sobre la existencia de Dios y del testimonio que había oído empezaron a inquietarlo.
“¿Dios es real? ¿Esa historia que acabo de escuchar es real? ¿Podría ser realmente cierta?”, pensaba.
“Si realmente hubo un hombre que vino a la tierra llamado Jesucristo y liberó a la gente, hizo milagros y liberó a la gente de las drogas, ¡creo que quiero conocerlo!”, exclamó en forma de desafío.
El ambiente de la habitación comenzó a cambiar y dijo con energía lo siguiente: “Si eres real, revélate ante mí. Si eres real y me muestras que eres real, daré el resto de mi vida para decirle a la gente que eres real”.
En ese momento, un rayo bajó del cielo y le golpeó el pecho. James se desplomó en el suelo, sintiendo un cansancio interior, y se puso a llorar y reír a la vez.
Él narró la experiencia como un golpe de poder que le abofeteó el pecho, lo que le hacía hablar en lenguas, sin entender lo que estaba sucediendo, puesto que nunca había hablado de la Biblia, ni había tenido ningún conocimiento previo acerca de Dios.
En el suelo gritaba con todas sus fuerzas “¡Jesús eres real!”, y desde aquel día su vida no volvió a ser la misma, su forma de ver la fe cambió y llegó a saber que, a pesar de tener que luchar contra un pasado agitado, una familia que no existe y adicciones, ahora había encontrado al Padre que ama sin reservas y para siempre.