Luego de casi perder la vida por causa de una sobredosis, el artista cristiano Michael W. Smith, contó sobre su lucha contra la adicción durante un testimonio compartido.
Según un informe de Gospel Prime, Michael en su adolescencia se dedicaba al estudio de la biblia y a la adoración a Dios, mientras que sus compañeros y amigos se involucraban a cometer actos de mala voluntad.
Durante ese tiempo, el ya mencionado músico cristiano comentó que escuchaba canciones de Music Songs y Maranatha; según God TV, esto llevo a incrementar ese amor por la música cristiana y por Jesús.
Michael W. Smith dijo: “Tenía unos 12 años, probablemente 13 o 14, cuando compré el primer disco de Maranatha, que fue Everlasting Living Jesús Music Concert, el primer disco de Maranatha, que salió del Calvario”.
En 1978, el músico comentó que estuvo al borde de una sobredosis, la cual lo llevó a poner en riesgo su salud y por ende su propia vida. Gracias a este incidente, Michael decidió tomar el rumbo de su vida y, por lo tanto, abandonar de manera definitiva su adicción.
Con Michael rendido ante Dios y buscando un consuelo de fe o una señal del Señor, pronunció las siguientes palabras: «Señor, has lo que sea necesario para llamar mi atención. Un accidente automovilístico, romperme las piernas, pero no me mates. Oré así, y sabía que mi madre y mi padre, estaban de rodillas, todas las noches ante mí”.
Ya con la decisión tomada de cambiar su vida y su forma de ser, un día en su casa descansando en su pórtico, sucedió algo que ya estaba esperando, su padre pidió hablar con él.
“Pero cuando estaba sentado en el porche, y sabía que vendría, ¿sabes? Él simplemente dijo: ‘Hijo, necesitas recuperarte. Tienes que dejar de hacer estas cosas’”, dijo.
“Y recuerdo haber dicho: ‘Lo se papá. Yo sé’. Tenía la cabeza gacha, y estaba tratando de no llorar, y eso fue todo lo que dije”. “Dios aquí estoy. No soy nada sin ti. Y estoy listo. Realmente estoy listo y dispuesto, a que me sanes”, concluyó diciendo, dejando así el fin de su testimonio y dando un gran ejemplo de que Dios cambia vidas, y sana todo tipo de aflicción, adicción o padecimiento, pues para Dios no hay nada imposible.