El libro de George Barna explica que los padres cristianos no logran transmitir la fe a sus hijos

George Barna, un renombrado investigador cristiano, presenta hallazgos sorprendentes sobre la pérdida de la cosmovisión bíblica en Estados Unidos, en su nuevo libro, “Formando campeones espirituales: nutriendo el corazón, la mente y el alma de su hijo”.

Asegura que el declive se ve afectado debido a la disminución en el desarrollo espiritual de los niños y la falta de compromiso por parte de millones de padres cristianos.

Cuando se trata de libros recién publicados sobre salud familiar en Amazon, este libro, que se publicó el 5 de septiembre, ha subido al primer puesto.

El CRCACU (Centro de Investigación Cultural de la Universidad Cristiana de Arizona) y el Consejo de Investigación Familiar realizaron conjuntamente 7 estudios en los que se basó la investigación de este libro. Estos estudios examinan cómo los padres que se identifican como cristianos pueden formar líderes espirituales en sus familias en todo el país.

Una de las conclusiones más alarmantes del libro es que, a medida que los padres cristianos se han vuelto más conscientes de sus habilidades como padres, han confiado la formación de la espiritualidad y la cosmovisión de sus hijos a partes externas, una práctica conocida como “subcontratar sus responsabilidades”.

Según Barna, este patrón indica que los padres cristianos buscan mentores, entrenadores y otros expertos para darles a sus hijos la educación espiritual que consideran esencial. La desventaja de esta estrategia es que podría permitir que personas externas tengan un impacto en los valores y creencias de los niños, lo que podría no alinearse con una cosmovisión bíblica.

A pesar de que las Escrituras que asignan a los padres cristianos la responsabilidad principal del desarrollo espiritual de sus hijos, menos del 10% de ellos hoy en día han invertido en algún tipo de plan de desarrollo espiritual para sus hijos.

Además, la mayoría de los papás y mamás carece de una cosmovisión bíblica, lo que dificulta aún más la transmisión de valores bíblicos a sus hijos.

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