Según información difundida por la Superintendencia del Trabajo, los “internos” trabajaron para la institución fuera de sus instalaciones y fueron obligados a devolver más de la mitad de su salario.
Un documento emitido por la superintendencia, afirma que la práctica es similar a la de “ganar esclavos” de los períodos colonial e imperial brasileño. En el caso de los drogadictos en 2023, el ‘diezmo del 50%’ se cobró sobre los servicios prestados a establecimientos de la región y anteriormente ofrecidos por la institución.
Las víctimas trabajaban sin derechos y, además de la mitad de sus ganancias, también pagaban un diezmo del 10% de lo que guardaban. Uno de los rescatados dijo a los inspectores fiscales que recibía casí 10 dólares por día, pero que el dinero era retenido y solo era liberado en fechas específicas, cuando era posible adquirir artículos básicos. Lijaba cerchas (grandes estructuras metálicas), sin ningún equipo de seguridad y teniendo que inhalar los gases resultantes de la actividad.
Trabajaba 12 horas al día y podía parar a almorzar. Pero la Casa de Rehabilitación le ordenó que dijera a los inspectores que tenía derecho a dos horas de almuerzo y una merienda de 15 minutos. Además, tenía que seguir reglas básicas para cobrar: no beber, no fumar, no usar el teléfono celular ni pelear; no abandonar la institución y aceptar que el efectivo serían administrados por la casa.
Dada la fuerte actividad de las milicias en la región, existe la sospecha de que estén involucradas en el plan. Los milicianos incluso acudieron al lugar para informarse sobre la inspección. El operativo contó con el apoyo de la Policía Federal, que desalojó a todos del lugar.
El pastor Jackson fue acusado de trabajo similar a la esclavitud. Firmó un Término de Ajuste de Conducta (TAC) en el que acordó pagar 3.367 dólares para saldar las sumas adeudadas a las víctimas. El líder religioso también pagará 99 dólares, por cada rescatado, hasta julio de 2025.