Curtis Bay Medical Waste Services, una empresa de eliminación de desechos médicos de Baltimore, pagó una multa de 1,7 millones de dólares después de declararse culpable de más de 40 cargos relacionados con violaciones ambientales.
Estas violaciones incluyen la incineración inadecuada de desechos médicos, incluidos los bebés abortados, antes de que lleguen a los vertederos. La empresa recoge bebés abortados de instalaciones como Planned Parenthood y los quema en hornos especiales que convierten los desechos en energía.
En marzo de 2022, activistas se reunieron en Washington D.C., donde los restos de 115 bebés abortados fueron encontrados en un camión en Curtis Bay, frente a un centro quirúrgico.
Entre estos restos se encontraban cinco bebés que habían fallecido tardíamente. Caroline Smith, líder del grupo antiaborto, subrayó la importancia de buscar justicia para estos bebés y pidió que se cierre y destruya Curtis Bay, responsable de quemar los cuerpos de bebés abortados.
El grupo antiaborto Create Equal dijo que Curtis Bay estaba cremando bebés abortados. Mark Harrington, presidente del grupo, señaló la ironía de que mientras algunos países del Tercer Mundo arrojan bebés abandonados a fosas comunes, en Estados Unidos los abortos se realizan en centros quirúrgicos y las empresas de desechos médicos los queman para generar electricidad.
