En China un pastor recibió hemodiálisis esposado a una cama de un hospital

Es un conocimiento generalizado que la dictadura comunista en China no respeta el derecho de los ciudadanos de practicar su religión. La organización ChinaAid afirma que nadie está a salvo, ni siquiera aquellos que están acostados en una cama de hospital.

Esto se debe a que, según el grupo, el líder religioso, Ru Zongren, del condado de Lixin, en la provincia de Anhui, pasó cinco horas esposado mientras recibía hemodiálisis debido a una insuficiencia renal.

Cuando los agentes de la dictadura china demolieron el edificio de la iglesia de Ru Zongren el 19 de mayo de 2015, él resultó herido y el daño a su salud fue grave.

Después de eso, el pastor desarrolló insuficiencia renal y ahora necesita hemodiálisis con frecuencia. Esta vez, el 30 de julio, agentes del gobierno comunista llegaron junto a su cama para esposarlo mientras se sometía al procedimiento en un hospital cercano.

La brutal respuesta contra el líder de la Iglesia, según ChinaAid, se debió a la preocupación de las autoridades de que presentara una petición sobre el XX Congreso Nacional celebrado en China.

El pastor Ru solo fue liberado por las autoridades después de someterse a horas de hemodiálisis mientras estaba esposado debido a lo débil que se encontraba.

El autoritarismo contra los cristianos que no se someten a la dictadura ideológica del Partido Comunista ha crecido en China, que ocupa el puesto 16 en el mundo en persecución religiosa.

La organización afirma que la vigilancia china se encuentra entre las más opresivas y sofisticadas del mundo y que los líderes cristianos son particularmente susceptibles a la persecución, incluido el encarcelamiento o, en un pequeño número de casos, el secuestro.

Este tipo de respuesta al pastor Ru es una táctica utilizada para intimidar a los cristianos que creen en la Biblia con el fin de impedir el crecimiento de la iglesia. A pesar de ello, el evangelio sigue siendo difundido por los seguidores de Cristo, que no se dejan intimidar.

Deja un comentario