Dos ríos, uno en Argentina (río Sarandí) y otro en Perú, adoptaron un tono rojo sangre, causando miedo entre los habitantes y propagándose en redes como un evento “bíblico” por su semejanza con las plagas del antiguo Egipto.
En Argentina, la población de Allenval se asombró por el tono del río y un aroma intenso que emanaba del agua, captando la atención no solo de los habitantes sino también de las redes sociales.
“Hoy tenemos aguas rojas como esta. Ha sido gris, ha sido verde, ha sido como violeta, azulado, hay días que está podrido, con grasa. Además, ha quedado muy marrón con todo el aceite que parece tener encima”, dijo María a la prensa argentina.
De acuerdo con los habitantes, la roja tonalidad del río Sarandí en Argentina es resultado de la polución, impactando a las comunidades locales.
Las autoridades han recolectado ejemplares para su análisis y creen que el contaminante podría ser “anilina”, originada en una industria textil o de curtidos, ya sea a través de un derrame involuntario o por un derrame deliberado.
Esa semana, el río Rímac en Lima, Perú, también sufrió una transformación de su color. El miércoles 5, las aguas adoptaron un color parecido, lo que provocó la recolección de muestras para su estudio en laboratorio.
Aún no se ha establecido la causa de este fenómeno, pero los especialistas sostienen que podría ser resultado de la emisión de desechos tóxicos en el río por una compañía.
Estos sucesos evocan la narración bíblica del Éxodo, en la que el Nilo se transformó en sangre como una de las diez plagas que Dios envió a Egipto.
“Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río” – Éxodo 7:17-18 (RV1960).
Ver esta publicación en Instagram
