Alrededor de las tres de la mañana, el triunfo de Trump culminó en un paso trascendental para la celebración, la cual se transformó en una sesión de alabanza y de veneración a Dios de manera natural.
Por medio de X, se compartió un vídeo donde las personas cantaban “Cuán grande es Él” (How Great Thou Art) después del discurso triunfalista de Trump.
El singular festejo de los republicanos, eminentemente seguidores de la religión, fue de inmediato publicado en los medios de comunicación y los periodistas especializados se dedicaron al envío de mensajes con rapidez.
“Presentar esto al salir de la fiesta de la victoria de Trump me hizo llorar. Estas personas han sido calumniadas y degradadas. Son buenas personas. Patriotas de todos los orígenes que aman a este país y se unieron para hacerlo grande nuevamente”, comunicó la periodista Lisa Boothe en X.
Sean Feucht, líder de adoración, también publicó el fragmento de como la difusión en las redes fue extensa.
“¡Se desata una sesión de adoración a las tres de la mañana en la sede de Trump después de la victoria! ¡ESTE ES EL CAMINO!”, escribió.
Es indudable que puede escucharse en los mítines y eventos promovidos por el partido de Trump, un gran número de himnos cristianos; en ocasiones se ha llegado a ver al presidente disfrutando y cantando “Amazing Grace”, lo cual distingue lo importante para las personas de adorar a Dios a media noche a fin de celebrar el triunfo electoral.
“La multitud canta Amazing Grace en el mitin de Trump en Pittsburgh antes de que Trump suba al escenario, ¡Por eso ganaremos!”, decía la publicación.
Además, esta acción ejerció un efecto en el electorado de los comicios presidenciales en todo el mundo, pues no es costumbre que haya individuos adorando a Dios en torno a una victoria electoral a altas horas de la noche.