Rachel Lawrence, una enfermera de cuidados intensivos que estudió en el seminario, experimentó ansiedad y depresión después de dar a luz a su primer hijo en 2017.
Rachel cree que fue una combinación de depresión posparto y batallas espirituales. A pesar de seguir al Señor, se sintió estancada en su sufrimiento emocional y necesitó ayuda para superar su inestabilidad.
Durante esta difícil etapa, Rachel tuvo pensamientos suicidas, lo que hizo que solicitara a su esposo que escondiera las armas. Con ayuda y comprensión de los médicos, ella se sintió culpable por no poder disfrutar a plenitud de lo que otros llamaban bendiciones en su vida: una familia maravillosa, un buen matrimonio e hijos preciosos.
“Estaba siguiendo al Señor, pero me quedé estancada en lo que creo que era una mezcla de depresión posparto y guerra espiritual”, dijo.
“Mi corazón empezó a acelerarse. Sentía presión en el pecho, tenía dificultades para realizar tareas, comía demasiado y mi higiene era deficiente. Había días en los que simplemente no podía levantarme de la cama”, añadió.
Asustados por esta experiencia, Rachel y Steve, su esposo, comenzaron a orar juntos y buscar ayuda divina.
“Era difícil saber qué hacer. Me sentí perdido. Oré todos los días por ella. Oré por consuelo, paz y para que cesen los ataques”, dijo Steve.
El Dr. Robert Carpenter, profesor de Rachel en el seminario y capellán militar en África, se ofreció a acompañar a la pareja. A través de las enseñanzas de Robert, ella aprendió a aceptar la Palabra de Dios como verdad y aplicarla a su mente, acciones y vida.
Actualmente, Rachel y Steve, tienen una familia sana y han logrado graduarse. Además, ella ha creado un pódcast y fundado un ministerio para ayudar a otras madres a luchar contra la depresión y la ansiedad mediante una relación más profunda con Dios.
Rachel afirma que su mente ha sido renovada gracias a la ayuda de otros y a la lectura de la Palabra de Dios. Ahora se reconoce a sí misma como hija de Dios y no como alguien que lucha contra la depresión y la ansiedad.