La vida del influencer evangélico Víctor Bonato está en un gran caos. El joven fue acusado de agresión sexual y fue arrestado en septiembre y detenido durante casi dos meses. Sin embargo, fue puesto en libertad por orden judicial el pasado jueves (16).
Bonato fue acusado de agresión sexual por tres mujeres, de entre 19 y 24 años, que acudieron en septiembre a la Comisaría de la Mujer de Barueri, acusándolo de utilizar «influencias religiosas» para obligarlo a mantener relaciones sexuales.
Un día antes de que se dictara la detención provisional, Víctor Bonato grabó un vídeo en el que admite haber cometido «actos malvados de inmoralidad y desigualdad», pero no menciona violaciones ni delitos similares. La grabación fue publicada en páginas de redes sociales.
“Lastimé a la gente, lastimé a la gente y traje vergüenza a un hermoso ministerio que es Galpão. Vengo a confesarme públicamente porque decidí dejar esto atrás y quiero construir bien, en la luz, de ahora en adelante. Vine a confesar para que quede claro que yo cometí un error y fracasé, no Galpão”, dijo.
Ahora, el juez Fabio Calheiros del 2º Juzgado Penal de Barueri, ha decidido no convertir la detención de Víctor Bonato en prisión preventiva. Según el juez, esto se debe a que existen debilidades en la denuncia contra el influencer.
“Está claro que la afirmación de uno refuerza la del otro, pero hay detalles en la afirmación de uno que no armonizan con la afirmación del otro. También hay detalles en sus declaraciones que no son lo suficientemente consistentes como para sustentar un proceso judicial”, dijo el magistrado.
Calheiros también dijo: “aún quedan muchas dudas por resolver, pero nada impide que se resuelvan durante el proceso. Los demás cargos, con o sin fecha fijada, son extremadamente frágiles en este momento”.
Bonato, fundador del Movimento Galpão, fue expulsado del grupo tras salir a la luz el escándalo. Para las abogadas del joven, Graciele Queiroz y Samara Batista, la reciente decisión judicial reforzaría la tesis de que las acusaciones contra el influencer fueron producto de represalias.
“Las tres presuntas víctimas asistían regularmente a la residencia de Víctor Bonato, independientemente de cualquier vínculo religioso, y tenían sentimientos no correspondidos hacia él”, afirmaron en una nota.
