Felicia Hartley de Australia, comenzó a experimentar convulsiones a fines de 2021 y, a medida que pasaban los días, la gravedad de sus convulsiones aumentó.
La mujer experimentó 1 convulsión por día, lamentablemente fue aumentando y como resultado, aumentó a 10, 20 y 30 antes de experimentar 60 convulsiones en un solo día.
La propia Felicia llegó a un punto tan crítico en el que no podía continuar con sus actividades diarias porque en cualquier momento podía ocurrir un ataque.
La mujer australiana no recibió tratamiento porque los médicos no pudieron determinar cuál era su enfermedad. Pero ella y su madre, ambas llenas de fe, comenzaron a orar por sanidad, y poco apoco las convulsiones de Felicia cesaron después de meses de oración.
Un video de la iglesia «The Pentecostals of Sydney» la mostraba diciendo: «La oración es siempre la respuesta cuando estás pasando por estas cosas».
Poco después, Felicia desarrolló movimientos incontrolables y se le diagnosticó síndrome de Tourette. La mujer ya no podía ir a la iglesia debido a sus tics paralizantes.
Felicia, sin embargo, estaba convencida de que Dios tenía el poder de curarla de su enfermedad mortal. Ella persistió en la oración y su Síndrome de Tourette desapareció.
Testifico y dijo: «Lo considero un milagro. Dios vino y me sanó. Dios lo hizo cuando los médicos y los hombres no podían hacer nada por mí».
A pesar de sus luchas, Felicia todavía instó a los cristianos a orar. «Sin importar por lo que estés pasando, ora ahora porque Dios está contigo. Él es la respuesta que estás buscando».