La evangelista Esther Van Wijk de “Bible Inspiration Ministries”, junto con “Revival in the Streets” y “His Voice Music”, realizó una campaña donde se centró particularmente en mostrar el evangelio a prostitutas.
Este evento se llevó a cabo el 12 de julio en el “Barrio Rojo”, un lugar conocido por la prostitución en Holanda, donde las mujeres que tienen dicho trabajo, se “venden” en las vitrinas de las tiendas.
“Pasaron muchas cosas durante la evangelización con las mujeres detrás de las ventanas. Fueron visitadas unas 30 o 40 mujeres, que se mostraron muy conmovidas y abiertas a la oración”, dijo Esther.
“Después de la oración, una de las mujeres dijo: Necesitaba esto”, agregó.
Por su parte, Lisa van Engel informó en su blog cómo fue la experiencia durante la campaña. Ella relata que cuando llegó al lugar previsto para la evangelización, los participantes, a pesar de no conocerse entre ellos, estaban ansiosos por servir al Señor.
“Todos con diferente origen y edad, pero todos con una identidad en Jesucristo. Después de algunas cosas prácticas, comenzamos con la oración e invitamos al Señor a guiarnos y hablar a nuestro corazón”, dijo Lisa.
Al iniciar la jornada, ella afirma que en varias ocasiones, Dios le indicó lo que debía decir a las personas.
“El Señor nos desafía a mostrar Su amor y expresarlo en los breves momentos que tenemos con estas mujeres. Donde sean vistos todo el día como objeto de lujuria o llenos de envidia, podemos ofrecerles un momento real con el Rey Jesús”, dijo.
Mientras conversaba con una de las prostitutas, Lisa le obsequió una pulsera hecha de perlas y una tarjeta con un código QR para una aplicación de la Biblia en diferentes idiomas.
“La bendecimos y de repente dice que ella misma oró para que alguien pudiera cruzarse en su camino y orar por ella. Ella compartió que realmente necesitaba esta oración y estas palabras”, recordó Lisa.
“Sus palabras tocan nuestros corazones y los tres nos detenemos por unos segundos en la presencia, la gloria y el poder de nuestro Padre. Nos miramos profundamente a los ojos. Le pregunto si conoce personalmente a Jesús y si lo ha elegido. Toda la conversación y oración puede haber durado cinco minutos, pero tiene un valor eterno que nada puede perdurar”, afirmó.