En Gwoza, Borno, Nigeria, el pasado 29 de junio, tres mujeres terroristas suicidas asesinaron a más de 30 personas, incluidos cristianos, dejando más de 40 heridos.
Las mujeres atacaron una boda y un área cercana a un hospital, así como también un funeral por las víctimas anteriores. Una de las mujeres suicidas llevaba un bebé en brazos cuando la bomba explotó, matándolos a ambos.
Ante la situación, el líder de la iglesia, Daniel Okoh, manifestó su preocupación por el regreso de los atentados suicidas y la amenaza que estos representan para los cristianos nigerianos. Este acto de violencia es un recordatorio del mal del terrorismo y la necesidad de una acción colectiva para derrotarlo.
Hasta el momento, ninguna organización ha reivindicado estos ataques. Además, los expertos aseguran que estas organizaciones terroristas, utilizan a mujeres suicidas porque las mismas “generan menos sospechas y se consideran menos valiosas”.
Global Christian Relief informó que algunas mujeres suicidas efectivamente son radicales, pero en el caso del grupo terrorista Boko Haram también secuestra niñas y las obliga a llevar explosivos.
Desde el año 2009, más de 52.000 cristianos han sido asesinados y más de 18.000 iglesias atacadas o quemadas por Boko Haram y otros extremistas en el norte de Nigeria, según la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho.
Es importante resaltar que Nigeria ocupa el sexto lugar en la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas de 2024 para los cristianos.
“Por favor oren por las víctimas del terrorismo en Nigeria. Pide fuerza, consuelo y sanación física y espiritual para los sobrevivientes de estos horribles ataques y para quienes han perdido a sus seres queridos”, pidió la organización.