En 2024, la persecución a los cristianos en Nicaragua ha aumentado significativamente, llevando al país al puesto 30 de la Lista Mundial de Persecución.
El país subió 20 puestos en la Lista Mundial de Persecuciones el último año, pasando del puesto 50 en 2023 al 30 en 2024, según Puertas Abiertas, la situación de los cristianos sigue deteriorándose rápidamente.
El gobierno de Ortega ha impuesto restricciones a las iglesias, cerrando instituciones cristianas, deteniendo arbitrariamente a los creyentes y confiscando propiedades de la iglesia.
Esta hostilidad ha llevado a la detención, el exilio forzado y la confiscación de propiedades de líderes de la iglesia, lo que ha empujado a Nicaragua a la cima de la lista de persecución. La Iglesia evangélica también ha sido afectada, con el cierre de organizaciones y la cancelación de la personería jurídica de iglesias.