Los padres de Michigan, Dan y Jennifer Mead, han presentado una demanda contra el Distrito Escolar Público de Rockford, alegando que la escuela inició la transición social de su hija sin su consentimiento.
Según los Mead, la escuela ocultó el hecho de que su hija estaba siendo tratada como un niño en lugar de una niña, e incluso cambiaron documentos para encubrir la transición.
Los padres se dieron cuenta de esto después de que les entregaron papeles en los que se mencionaba que un empleado escolar “olvidó inadvertidamente cambiar uno de esos nombres y pronombres masculinos”.
La familia también descubrió un libro muy explícito en la mochila de su hija, supuestamente enviado por el orientador escolar, lo que los llevó a tomar medidas legales.
La abogada de la familia, Kate Anderson, afirma que este tipo de políticas se han vuelto “muy generalizadas” en algunas zonas de Estados Unidos, y que los distritos a veces optan por no informar a los padres sobre los cambios en los pronombres de los alumnos.
Los Mead buscan que el tribunal considere el incidente como una violación de los derechos de la familia y soliciten una indemnización por daños y perjuicios. La demanda fue presentada justo antes de Navidad y está en una etapa temprana del proceso.
La historia de los Mead pone de manifiesto la complejidad de las políticas escolares relacionadas con la identidad de género y la importancia de la comunicación transparente entre las escuelas y los padres.
El caso destaca la necesidad de un diálogo abierto y respetuoso entre ambas partes para garantizar el bienestarde los estudiantes y el respeto de los derechos de los padres en el proceso educativo de sus hijos.
