En Colombia, familias de fe cristiana están denunciando el reclutamiento obligatorio de niños por grupos armados ilícitos, que utilizan a los menores para distintas actividades, entre ellas el combate y la recolección de coca.
La misión Puertas Abiertas indica que, durante el año 2024, la Defensoría del Pueblo ha documentado 282 situaciones de reclutamiento obligatorio de niños, niñas y adolescentes. Esta circunstancia evidencia una seria infracción a los derechos de los niños en la nación.
“Las comunidades indígenas se ven afectadas de manera desproporcionada, representando al menos el 50% de las víctimas”, informó la Defensoría del Pueblo.
Un hombre de fe cristiana relató que a su hijo pretendían secuestrarlo, pero su resistencia lo condujo a un desenlace trágico.
“Ya lo habían sentenciado. No lo denunciamos porque advirtieron a la comunidad de no hablar de ello con nadie”, contó según cita Open Doors.
El 24 de diciembre de 2024, un triste acontecimiento golpeó al país cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) asesinaron a un joven de 15 años en El Plateado tras su resistencia a unirse al grupo.
“El niño fue sacado de su casa para ser reclutado. Él logró escapar, pero fue brutalmente asesinado de cuatro tiros”, informó Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional.
De acuerdo con Puertas Abiertas, las organizaciones armadas han modificado sus tácticas de captación de niños, aprovechando la pobreza y la escasez de oportunidades en educación y trabajo en determinadas zonas.
En Colombia, los grupos armados captan a la juventud con engañosas promesas de emoción, riqueza y mejoras en las condiciones de vida. Después de que los jóvenes se unen, resulta extremadamente complicado alejarse, y aquellos que se resisten a involucrarse en actividades como practicas con armas de fuego o con trabajo en la cocina a gran escala, son obligados a dejar sus comunidades. Asimismo, niños de corta edad son adoctrinados en instituciones educativas con docentes asociados a estos colectivos.
Pese a que el reclutamiento obligatorio impacta a todos, los dirigentes evangélicos señalan que los niños provenientes de familias cristianas son especialmente susceptibles.
La captación de jóvenes de las iglesias no solo suministra trabajadores a las organizaciones armadas, sino que también tiene el objetivo de amedrentar a la comunidad cristiana.
Las iglesias constituyen un peligro para las actividades ilícitas de estos grupos, tales como el tráfico de drogas y la prostitución, lo que frecuentemente conduce a la censura y la violencia contra las iglesias que denuncian el reclutamiento o brindan asistencia a jóvenes en peligro.
Puertas Abiertas (Open Doors) se dedica a proporcionar esperanza y respaldo a las familias cristianas en Colombia que se encuentran frente a estas amenazas. Mediante asistencia humanitaria, respaldo emocional y espiritual, y cuidado pastoral, la misión aspira poder asistir a las comunidades en la superación de estos retos y en la reconstrucción de sus vidas.
