El caso de Homayoun Zhaveh, un cristiano iraní, y su esposa Sara Ahmadi ha sido reabierto por la Corte Suprema de Irán. Mientras que Homayoun se enfrenta a la enfermedad de Parkinson.
Desde el 13 de agosto de 2022, la pareja ha estado detenida en la prisión de Evin en la capital iraní de Teherán después de ser declarada culpable de fundar una iglesia en casa.
Tras dos intentos fallidos de reabrir el caso desde la condena, el Tribunal Supremo decidió reevaluar la sentencia. Según el Artículo 18, un grupo que promueve la libertad religiosa, la fecha de la nueva audiencia se fijó para el 9 de mayo.
El gobierno iraní acusó a la pareja de “amenazar la seguridad nacional” por su participación en una iglesia doméstica. El cristianismo es visto como una amenaza en Irán.
Al pastor Joseph Shabazian también se le concedió la oportunidad de un nuevo juicio, además de Sara y Homayoun. Al que le dieron una pena de prisión de 10 años por dirigir una iglesia fuera de su residencia. Continúa con la sentencia anterior a pesar de que fue sentenciado junto con otros dos cristianos.
Como resultado de la intensa persecución que enfrentan, los cristianos iraníes se han visto obligados a realizar servicios en sus hogares. Sin embargo, el gobierno ha respondido arrestando arbitrariamente a los pastores, interrogándolos, allanando sus casas e incluso encarcelándolos.
En un informe que afirma que “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión”, OpenDoors.org pide oración por la Iglesia en Irán e informa que se ha sumado a otras cinco organizaciones internacionales que apoyan la libertad religiosa. “Toda persona que practica una religión tiene la libertad de cambiar de religión en cualquier momento, sin ninguna presión o interferencia. Este derecho debe ser defendido por todas las naciones, incluido Irán”.