Un sujeto perpetró una agresión en la escuela Feather River, la cual se identifica como una escuela cristiana, situada en Oroville, California. Como consecuencia del ataque, dos alumnos de las edades de 5 y 6 años sufrieron heridas graves.
En la rueda de prensa donde se presentó el caso, Kory Honea, el sheriff del condado de Butte, dio a conocer que el asaltante, del cual todavía no se ha difundido el nombre, había solicitado mantener una reunión con un responsable de la institución educativa, argumentando que quería inscribirse en dicha institución.
“Su declaración a los funcionarios de la escuela fue que quería explorar la posibilidad de inscribir a un miembro de la familia como estudiante en la escuela. Se reunió con un administrador de la escuela. Me dijeron que la reunión fue cordial. No hubo nada en la reunión que preocupara al administrador”, detalló el sheriff.
Fue en ese preciso instante cuando el individuo comenzó a disparar a los niños. Una alumna mencionó que alcanzaba a notar el desplazamiento del disparador de lado a lado mientras escuchaba los disparos.
“Miré hacia atrás y vi una sombra con un arma, así que le dije a la mayoría de la gente que corrieran aún más rápido”, explicó Jocelyn Orlando, estudiante de sexto grado, en una entrevista con la tv local KCRA.
Los responsables de la escuela dieron aviso a la policía, que pudieron llegar en dos minutos, encontrando el cuerpo del atacante, que se considera que tras la matanza se autolesionó.
Las autoridades creen que la motivación del ataque armado podría ser la intolerancia religiosa, dado que el sheriff expuso que se considera que eligió esa escuela por su relación con la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
El FBI se encuentra investigando el caso y se ha ordenado a las autoridades locales a tomar precauciones y mejorar la seguridad en las escuelas adventistas en otras zonas de California.
El padre de un alumno expuso su inquietud, explicando que el efecto del ataque durará mucho tiempo, no solo en los niños que fueron afectados por el ataque, sino también en quienes presenciaron la tragedia.
Gavin Newsom, gobernador de California, expuso su descontento por lo que había sucedido.
“Una vez más, una comunidad es destruida por la violencia armada sin sentido. Nuestros corazones están con los niños, sus familias y todos los afectados por esta terrible tragedia. Para los sobrevivientes de la violencia armada: ustedes nunca están solos. California está con ustedes”, señaló.