El reconocido actor Dean Cain, muy popular por su papel de Superman en los años 90, relató su escape del cine a principios de este año, después de tomar la decisión junto a su hijo de que no tenían ninguna razón para permanecer en California.
“Se ve mucho libertinaje en Hollywood. Yo mismo he sido libertino; He hecho cosas de las que no estoy orgulloso. He pedido perdón por esas cosas y he enmendado mis caminos. Hay tantas cosas acerca de estar allí”, dijo el actor.
A pesar de que Cain aseguró que no es imposible llevar una vida “piadosa” en Hollywood, afirmó que ciertamente es mucho más sencillo vivir una vida fundamentada en la fe fuera de esta ciudad progresista.
“No se encuentra mucha fe cristiana, ciertamente no abiertamente, en Hollywood. Es por eso que hago todas las películas basadas en la fe que hago, porque quiero que esos mensajes salgan a la luz. … Creo que esas películas son realmente importantes”, afirmó.
Es importante destacar que, en los últimos años, Dean Cain ha protagonizado películas como “God’s Not Dead” o “No Vacancy”, y además aseguró que hasta el momento su intención es aceptar papeles de películas que dejen una marca duradera en los espectadores.
“Pueden afectar la vida de alguien y pueden hablar de una experiencia que alguien entiende, y, si eso sucede, he hecho lo correcto al hacer esa película”, expresó.
En lo que se refiere a su trayectoria espiritual, el actor confesó que el mayor impacto que tuvo en la formación de su conexión con Dios fue volverse padre.
“Comencé a criar a este niño y sabía que él era más importante en el mundo que yo. Empecé a tener que responder preguntas, incluso a él. Recuerdo cuando se enteró de que algún día iba a morir. … Fue entonces cuando me di cuenta de que él necesita entender la fe y entender por qué estamos aquí y que eso tenga sentido para él”, reveló.
Asimismo, el actor específico que piensa guiar a su hijo en el camino de la fe, pero siempre dejándole su espacio para que viva sus propias experiencias.
“Todos tenemos nuestro propio proceso. Puedes crecer en un hogar lleno de enseñanzas cristianas, ir a la iglesia todos los domingos y todavía tener esas preguntas, y eso es natural. Creo que es algo natural, y la relación de cada uno con Dios es subjetiva, es única, y la forma en que llegan allí… es su propio viaje”.
“Y simplemente diré: Dios y yo tenemos muchas más conversaciones ahora que cuando tenía 25 años”, finalizó.