En los Estados Unidos, el ministerio “Dios tras las rejas” ha ofrecido a los presos la oportunidad de reunirse con sus familias durante esta navidad.
Lo que busca este evento anual, llamado “All is Bright”, es reencontrar o presentar a niños que nunca han conocido a sus padres encarcelados, tratando así de representar el verdadero significado de la navidad.
“Este es el milagro que puede ocurrir durante este período. Creemos que la Navidad puede ser el mejor momento para mostrar el amor y la esperanza de Jesús a los presos”, escribió la misión en sus redes sociales.
Según CBN News, por lo menos dos tercios de los padres que se encuentran en prisión nunca han recibido una visita familiar y, por otro lado, el 75% de los niños con un padre encarcelado tienen más probabilidades de terminar en prisión. Además, más de un tercio de los padres seguirán en prisión cuando sus hijos cumplan 18 años.
En este sentido, el objetivo de “Dios tras las rejas” se vuelve indispensable para estas familias, restaurar la relación entre padres e hijos: “Estamos pensando en los niños. Queremos crear dignidad para la madre o el padre. Queremos restaurar esa relación con la familia”, dijo Isaac Holt, director de innovación del ministerio.
En uno de los casos, una madre hacía nueve años que no veía a sus hijos y en esta navidad pudo abrazar a su familia: “Es la primera vez que pueden abrazarse. Dios es tan bueno y su gracia no tiene límites”, afirmó la misión. “Para algunos de estos hombres y mujeres, esta es la primera Navidad que pasan con sus hijos”.
En teoría, la navidad es una época de compartir familiar; Sin embargo, según God Behind Bars, esta época puede ser una de las más solitarias del año para los reclusos, y, por lo tanto, aumentan las tasas de depresión, agresión y suicidio de los mismos.
“Mucha gente nos dice que estos hombres y mujeres no merecen nada de esto. No estamos de acuerdo. La mejor manera de mostrar la gracia y el amor de Jesús es brindar la mejor Navidad a tus hijos. No importa si es merecido o no. Este es el amor de Jesús”, dijo la misión.
Es importante destacar, que además de llevar la navidad a los reclusos, gracias a “Dios tras las rejas” muchos prisioneros han aceptado a Jesús como su Señor y Salvador, y en consecuencia su estadía en la cárcel ha cambiado por completo.
“Durante mi condena en prisión, iba a pelear con alguien. Pero Dios estaba tocando mi corazón durante ese tiempo”, testificó David, uno de los detenidos.
“Y cuando entré en la celda de este tipo, en lugar de pelear con él, simplemente lo miré y le dije: ‘Quiero conocer a Jesús y quiero ser bautizado, ¿tú también lo quieres?’. Él no quiso, pero de todos modos me bautizaron”. “He hecho algunas cosas terribles que no puedo perdonarme, pero el perdón de Dios es alucinante”.
Actualmente, David, desde la cárcel, ha guiado a cientos de hombres a Jesús.