La policía de Zimbabwe llevó a cabo la detención de un hombre que se identifica como profeta de una secta apostólica y líder de más de 1.000 miembros en un santuario ubicado a las afueras de Harare.
En el lugar, las autoridades descubrieron la presencia de 16 tumbas sin registrar, incluyendo las de bebés, así como la utilización de más de 250 niños como mano de obra barata.
Según el portavoz de la policía, Paul Nyathi, los niños eran obligados a realizar trabajos físicos en beneficio de los líderes de la secta, y la mayoría de ellos carecían de partida de nacimiento. Además, se encontraron 7 tumbas de bebés cuyas muertes no habían sido registradas oficialmente.
“La policía determinó que todos los niños en edad escolar no asistían a la educación formal y eran sometidos a abusos como mano de obra barata, realizando trabajos manuales con el pretexto de que se les enseñaban habilidades para la vida”, dijo Nyathi.
Durante el allanamiento al santuario, llevado a cabo el martes, Chokurongerwa y 7 de sus colaboradores fueron arrestados por actividades criminales que involucran el abuso de menores.
Según los creyentes de la secta, sus acciones no provienen de la Biblia, sino de una “supuesta orden directa de Dios” de hacer cierto tipo de actividades para que Dios pueda bendecir la tierra.
“Nuestra creencia no proviene de las Escrituras, la obtuvimos directamente de Dios, quien nos dio reglas sobre cómo podemos entrar al cielo. Dios prohíbe la educación formal porque las lecciones aprendidas en tales escuelas van en contra de sus dictados”, aseguró, y agregó que “Dios dijo que no lloverá si enviamos a nuestros hijos a la escuela. Miren la sequía allá afuera, pero aquí estamos recibiendo lluvias. Tenemos el don de un oído espiritual para escuchar la voz de Dios”, dijo uno de los ayudantes de Chokurongerwa en una entrevista.
El incidente ha generado controversia y tensión entre los creyentes del santuario y las autoridades, evidenciando diferencias en cuanto a las prácticas religiosas y su cumplimiento de la ley. La secta apostólica a la que pertenece Chokurongerwa es considerada una de las más grandes en Zimbabwe, con una base de seguidores estimada en 2,5 millones de personas.
Su doctrina exige que sus seguidores eviten la educación formal para sus hijos, así como medicinas y atención médica para los miembros, quienes, en cambio, deben buscar curación a través de su fe en la oración, el agua bendita y las piedras ungidas.