La misericordia de Dios se manifestó en medio de un tratamiento contra el cáncer de una cantante brasileña.
Léa Mendonça, recientemente compartió en un evento dedicado a las mujeres, en la Iglesia Bautista Central de Santo André, su testimonio de cómo Dios hizo el milagro y la sano del cáncer.
«Me enteré que tenía un tumor de 5 cm, me tuvieron que extirpar parte del intestino y me sometieron a un tratamiento de quimioterapia durante 4 meses. Viví momentos muy difíciles», dijo en una entrevista con Guiame Noticias Gospel.
«Nunca pensé en la muerte o en el final de mi carrera, pero me puse un poco tenso porque la palabra ‘cáncer’ asusta a cualquiera, incluso a confiar mucho en Dios», continuó.
El diagnóstico hizo reflexionar a la cantante y pensar en lo frágil que puede ser como ser humano.
«En el fondo no sabes si es hora de irte o si Dios te dará más tiempo de vida», confesó.
«La muerte es preciosa para Dios, pero para nosotros es aterradora. Aun así, mantuve mi paz y tranquilidad, no me desesperé. Solo pedí la gracia de Dios para que me diera fuerzas», agregó.
Mendonça relató el momento en el que un doctor cristiano entró a su habitación en el hospital, en un momento de llanto.
«Dijo así: ¡Dejemos de llorar! El doctor recordó que yo detenía el dolor de la gente con mis canciones. Era como si dijera que soy muy fuerte y no puedo llorar», relató ella.
«Sé que eso no es cierto. No hay súper hombre o mujer maravilla en la presencia de Dios. Todos dependemos y necesitamos Su misericordia», le dijo Mendonça al médico.
«Somos fortalecidos en nuestra debilidad por la fuerza del Señor y le dije al médico: ‘Ay, doctor, déjeme llorar’. Cuando salí del hospital y regresé a casa, lo primero que hice fue convertir esas palabras en una canción», agregó.
«Soy un hijo de Dios, yo también puedo llorar. El llanto puede durar una noche, pero la alegría llega al amanecer. Todo saldrá bien», recordó una parte del coro y expresó que no hay nada malo en mostrar debilidad en algunas situaciones.
«Nuestra fuerza viene del Señor y que las experiencias vividas deben servir como palancas para la fe de otras personas», dijo refiriéndose a la enfermedad por la que había pasado.
«Cada uno reacciona diferente al sufrimiento, yo hago música», expresó.
Culminó dando la gloria a Dios por su sanidad. «Hasta agosto de 2022, mi vida giraba en torno a curar esta enfermedad. Cuando le devolví las pruebas al médico, dijo que no había más células cancerosas en mi cuerpo. Estoy segura de que el Dios al que sirvo ya me ha sanado. Estoy consciente y segura de mi victoria».