Después de casi un año de espera, el pastor José Vivas fue investigado y encarcelado por el gobierno venezolano por usar palabras equivocadas para presentar la Marcha por Jesús, un evento que se originó en Venezuela hace 13 años y es comparable al brasileño.
El pastor, quien fue miembro de la Fuerza Aérea antes de su conversión, declaró durante la ceremonia que había llegado el tiempo de la libertad espiritual al país. El pastor fue acusado de usar indebidamente uniformes y medallas y de desobedecer a los militares porque el gobierno venezolano interpretó su discurso como un ataque al régimen de Nicolás Maduro.
El pastor estuvo detenido un mes en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGIM) en 2022 por un juicio erróneo. Fue declarado culpable de un solo cargo y declarado inocente del otro, según una nueva sentencia que se emitió el mes pasado.
En otras palabras, fue liberado de la cárcel y deberá presentarse a la corte todos los meses durante los próximos 8 meses mientras se encuentra en libertad condicional antes de ser juzgado por el Tribunal de Ejecución de un municipio en la región central de Venezuela.
El pastor Vivas podría verse obligado a regresar a la base de la Fuerza Aérea, lejos de su familia y su ministerio, como resultado del nuevo castigo. La esposa embarazada del pastor, su hijo y la iglesia donde ha trabajado durante más de 10 años están preocupados por la situación.
A pesar de ello, Vivas agradece que se le haya librado de la pena de prisión, que lo habría mantenido alejado de su familia por un tiempo mayor al de la sentencia de reincorporación a la Fuerza Aérea.
El artículo 59 de la Constitución venezolana garantiza la libertad religiosa, pero en realidad las autoridades imponen con frecuencia restricciones al derecho a expresar la fe debido a que casi todo lo que dicen puede ser interpretado negativamente y llevar a la condena, como fue el caso del pastor Vivas.