Según CNN, un terrorista suicida en el noroeste de Pakistán detonó su dispositivo el domingo pasado (30/07), dejando al menos 54 muertos y más de 200 heridos.
El partido conservador Jamiat Ulema Islam-Fazl (JUIF), conocido por sus vínculos con el Islam político de línea dura, estaba celebrando una reunión política cuando ocurrió la explosión, según la policía, en la antigua región tribal de Bajaur.
Los hospitales en Bajaur y las áreas cercanas donde fueron reubicadas, la mayoría de los heridos han declarado estados de emergencia, según Nazir Khan, un oficial de policía del distrito.
Desde el año pasado, cuando colapsó un alto al fuego entre el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP, también conocido como los talibanes paquistaníes) y la capital de la nación, Islamabad, los ataques de militantes islamistas han aumentado en Pakistán. Sin embargo, en lugar de reuniones políticas, los ataques más recientes se han dirigido a instalaciones y personal de seguridad.
Neemias, un misionero local, afirma que hay numerosos cristianos activos en las áreas objetivo de los terroristas.
«La situación es sumamente desafiante. Son áreas donde la Palabra de Dios aún no ha llegado, por lo que nuestros socios están sirviendo con la intención de ir allí y compartir el Evangelio», dijo.
Después de presenciar estos actos terroristas, muchos musulmanes paquistaníes, según la opinión de Neemias, se sienten insatisfechos con las deficiencias de su fe y se alejan del Islam en busca de una realidad espiritual.
Según Mission Network News, algunos plantadores de iglesias de Forgot Missionaries International (FMI) tienen éxito en evangelizar a estas personas.
Al ser cuestionado sobre las causas de los atentados, el misionero explica que la lucha por el poder es lo que los mueve a todos: «Cuando los grupos terroristas se atacan entre sí en Pakistán, es una lucha por el poder. Este tipo de organización no cree en los partidos políticos».
Sostienen que hacer cumplir la Sharia, un conjunto de leyes islámicas, es la única alternativa viable porque ni la democracia ni la política pueden ofrecer una solución.
«Se están matando entre ellos para ganar. Esto es como un tira y afloja en marcha. ¿Quién hará cumplir la ley Sharia? Así que esta es una situación muy compleja. La metralla de estos ataques también deja heridas espirituales», dijo Neemias.