Durante una gran celebración en honor al nacimiento del profeta Mahoma, la explosión de una bomba cerca de una mezquita en el suroeste de Pakistán dejó al menos 52 muertos y unos 70 heridos, según las autoridades.
El ataque tuvo lugar en el distrito Mastung de la provincia de Baluchistán, donde unas 500 personas se habían reunido para una procesión para celebrar. Con motivo de Mawlid an-Nabi, los musulmanes celebran reuniones y ofrecen comidas gratuitas al público.
Los zapatos de los muertos y heridos tras el ataque estaban esparcidos en una zona abierta cerca de una mezquita, como se ve en la televisión y en vídeos de las redes sociales. Se vio a residentes y rescatistas escoltando a los heridos a hospitales mientras algunos de los cuerpos estaban cubiertos con sábanas.
Insurgentes y militantes han lanzado docenas de ataques en Baluchistán, pero normalmente apuntan al personal de seguridad. Además, los talibanes en Pakistán tienen un historial de negar los ataques a civiles o lugares sagrados.
Según el administrador del gobierno, Atta Ullah, los heridos en la explosión fueron trasladados a hospitales cercanos, algunos de los cuales tenían pacientes en estado crítico.
Recientemente, las autoridades instaron a la policía a mantener un alto estado de alerta, advirtiendo que los militantes podrían atacar manifestaciones que conmemoran las festividades del profeta del Islam.
Según Shah Raz Khan, un oficial de policía local, el viernes estalló una bomba en una mezquita adyacente a una comisaría de Hangu, hiriendo a 7 personas.
El ataque en Baluchistán fue denunciado por el presidente Arif Alvi, quien también instó a las autoridades a ayudar a las víctimas en todo lo que puedan.
El ataque fue condenado y el número de muertos fue lamentado en un comunicado del ministro del Interior en funciones, Sarfraz Bugti. Atacar a quienes participaban en la procesión de Mawlid an-Nabi fue, según él, un “acto atroz”.