Mientras llevaba un cartel y una Biblia, el predicador callejero Damon Atkins entró en la primera «marcha del orgullo» de Pensilvania, pero fue detenido rápidamente.
Mathew Wear, un residente local que salió de su automóvil para animar a los otros cristianos presentes, registró este incidente en video. Según Wear, había estado predicando al otro lado de la calle durante unos 10 minutos, cuando un oficial de policía se le acercó agresivamente, lo señaló con el dedo y amenazó con arrestarlo de inmediato si continuaba «insultando a la gente del otro lado de la calle».
En este sentido, Atkins debatió con el oficial que la calle es propiedad pública, señalando que no estaba siendo grosero y simplemente estaba compartiendo el Evangelio. El policía respondió: «No me importa, yo me quedo aquí y tú te callas».
El oficial se apresuró a realizar el arresto y le advirtió a Atkins que no siguiera diciendo esas cosas a las personas involucradas en la manifestación. Atkins luego comenzó a citar 1 Corintios 14:33, pero no pudo completar el versículo.
Los manifestantes vitorearon la detención mientras ya estaba esposado. Wear no pudo evitar notar la ironía de un video que muestra a un cristiano detenido por la policía por tratar de leer la Biblia, mientras que a algunas personas vestidas con disfraces de demonios se les permitió ingresar libremente a la manifestación del orgullo.