Dos pastores centroamericanos fueron asesinados en Nicaragua y Honduras en menos de una semana.
El pastor Carlos Muñoz, de 35 años, fue el primero en fallecer. Falleció el 4 de mayo en Catacamas, Honduras, cuando salía de la iglesia a la que asistía.
Según testigos presenciales, sicarios se acercaron al pastor Carlos cuando este paseaba por una calle solitaria cercana a la iglesia «Puerta del Cielo» y le dispararon en varias ocasiones.
Uno de los feligreses comentó: «Estábamos saliendo de la iglesia, él predicó esta noche y notamos que recibió dos llamadas, cuando estaba orando».
La policía sigue buscando a los delincuentes, pero aún no han dado con su paradero.
Por otro lado, el 10 de mayo, un pastor de 46 años llamado Pedro Pablo Torrez Zeledón fue asesinado en San Juan de Limay, Nicaragua.
La motocicleta del pastor fue paralizada mientras estacionaba por dos hombres que se le acercaron. Uno de los delincuentes le disparó a quemarropa mientras luchaba contra el otro delincuente para evitar que lo robaran.
Mientras el pastor aún estaba vivo y tirado en el suelo, los vecinos llamaron de inmediato a la policía.
Se descubrió que Torrez Zeledón le dijo a un oficial de policía el nombre del tirador justo antes de que falleciera.
La Policía Sandinista encontró y aprehendió al asesino del pastor Pedro una semana después del crimen.
Juan Carlos Morales Palacios, de 35 años, quien fue el asesino del pastor Pedro, ahora enfrentará acciones legales por asesinato, robo agravado y posesión ilegal de armas de fuego.