Siguiendo los pasos del legendario evangelista Billy Graham, el pastor Franklin Graham dirigió una manifestación evangelística sin precedentes en Roma, la capital de Italia, el día 5, donde más de 500 personas dieron sus vidas a Jesucristo y que reunió una multitud de unas 10.000 personas.
Mientras estuvo en Europa, Graham concedió numerosas entrevistas a los medios y nunca perdió la oportunidad de argumentar que los cristianos, como ciudadanos, deben defender los valores bíblicos en la sociedad.
Por ejemplo, desestimó las preguntas que lo acusaban de hacer «declaraciones políticas agitadas» y explicó que sus puntos de vista solo reflejan las enseñanzas de la Biblia. El pastor citó como ejemplo el tema del aborto.
“A veces los políticos adoptan posiciones morales y tratan de convertirlas en posiciones políticas. Creo que es importante que, como cristiano y como predicador cristiano, hable sobre cuestiones morales. No es un derecho exclusivo de los políticos», dijo Franklin Graham.
Y añadió: «Si quieren abordar cuestiones morales, creo que tengo derecho a hablar también de cuestiones morales».
El discurso de Graham refuerza las ideas erróneas que muchos cristianos tienen sobre el papel de los creyentes en la sociedad. Creen que las iglesias no deberían discutir temas discutidos en la esfera política, como el aborto, la ideología sexual, el matrimonio igualitario y otros temas.
Pero para los evangélicos, si tales cuestiones contradicen la enseñanza bíblica, exigen que los cristianos se ubiquen no solo dentro de la iglesia, sino también fuera de ella, como en las urnas.
“Y uno de los grandes problemas de nuestro país, por supuesto, es el asesinato”,“Y como cristianos, creemos que el aborto es un asesinato. Sé que es legal en casi todos los países occidentales del mundo, pero solo porque los políticos digan que es legal, no significa que sea correcto”, afirmó.
Continuó: «No estoy hablando de si deberían aumentar los impuestos o enviar gente al espacio». «Pero siempre que hay una cuestión moral, creo que es importante decir lo que Dios tiene que decir».