En Pakistán, dos cristianos fueron torturados y obligados a recitar el credo islámico durante un ataque musulmán

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Hace una semana, en el distrito de Sialkot en Pakistán, dos individuos cristianos fueron sometidos a tortura por parte de personas musulmanas.

Los agresores obligaron a los hermanos, Azam Masih y Nadeem Masih, a recitar el credo islámico y los golpearon con barras de hierro con la intención de forzar su conversión al Islam.

Según Adil Ghauri, presidente del “Movimiento para el Despertar Cristiano”, los atacantes acusaron a Azam de patrocinar crímenes en la zona y comenzaron a golpearlo con barras de hierro.

“El sospechoso obligó a los dos cristianos a recitar la Kalima [proclamación de conversión islámica] si querían salvar sus vidas, amenazándolos con matarlos si se negaban. Los hermanos no tuvieron otra opción y cedieron a la demanda”, dijo Ghauri.

“Los sospechosos también grabaron una declaración en vídeo de los dos hermanos, en la que se les obligó a decir que se estaban convirtiendo al Islam por su propia voluntad”, añadió.

Los cristianos que fueron atacados fueron despojados de sus teléfonos móviles y otras posesiones antes de ser liberados por los agresores.

Según Ghauri, los hermanos acordaron no informar del ataque por temor a represalias de extremistas.

“Nos enteramos de este incidente el 24 de enero e inmediatamente contactamos a la familia”, dijo.

“Después de mucha insistencia, logramos convencerlos de que lo denunciaran a la policía, ya que permanecer en silencio alentaría a los atacantes a atacar a más cristianos que viven en el pueblo”, agregó.

En la región viven más de 300 familias cristianas, y la policía local arrestó a varios musulmanes acusados ​​de cometer el crimen, presentando cargos contra los sospechosos.

“Los sospechosos, Naseem y Sunny, tienen antecedentes penales y estuvieron involucrados en incitar al odio contra los cristianos. Y esta no es la primera vez que los cristianos han sido atacados en esa zona”, explicó.

Ghauri afirmó que los líderes cristianos locales se reunieron con musulmanes y funcionarios gubernamentales para mantener la paz en la aldea.

“La familia ha cortado todo contacto por temor a represalias por parte de los musulmanes acusados. Estamos tratando de encontrarlos, porque sus declaraciones son cruciales para garantizar el procesamiento de los sospechosos”, informó.

“El ataque fue una prueba de que en Pakistán se estaban produciendo conversiones forzadas con diversos pretextos. No solo los menores, sino también nuestros jóvenes son el blanco de los extremistas islámicos”, aseguró.

Según la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas de 2024, Pakistán ocupa el 7.º lugar en dificultades para ser cristiano en el mundo.

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