Según estadísticas, Irán ha ejecutado a 307 personas este año, un 75% más que en el mismo período en 2022, según la Organización de Derechos Humanos de Irán (IHR), con sede en Noruega.
La República Islámica ejecutó a 142 personas solo en mayo. «The Times of Israel» informa que esta cifra se traduce en un promedio de más de 4 ahorcamientos por día, siendo así la más alta desde 2015.
Para aterrorizar a la población, mientras las autoridades intentan aplastar el movimiento de protesta que estalló en septiembre, los defensores de la vida acusan a Irán de aumentar las ejecuciones.
Los activistas afirman que han aumentado las ejecuciones en casos menores, incluidos el uso y la posesión de drogas, el homicidio y los casos relacionados con cuestiones raciales y religiosas, a pesar de que 7 hombres fueron ahorcados en casos relacionados con las protestas.
Para sofocar los disturbios y mantener su control del poder, el aumento del empleo de ejecuciones arbitrarias por parte de la República Islámica, según el director del IHR, Mahmood Amiry-Moghaddam, tiene como objetivo infundir miedo en el público.
«Cientos más serán víctimas de su ‘máquina de matar’ en los próximos meses», continuó, «si la comunidad internacional no muestra una reacción más enérgica ante la actual ola de ejecuciones».
Amnistía Internacional informa que la República Islámica de Irán mantiene el segundo lugar de los países con más ejecuciones en el mundo, solo por debajo de China.
